Madurez y libertad espiritual

Cinco Claves para la madurez y libertad espirituales
1.Los creyentes deben conocer a Dios y caminar en recta relación con Él.

Y el mismo constituyo a unos apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la buena obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, aun varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Efesios 4:11-13

La madurez espiritual no es optativa. Los creyentes maduros aptos para el ministerio de unos a otros y al mundo, son el producto final del designio de Dios para la iglesia. La madurez es la razón por la que Dios nos agrupa en iglesias particulares y nos da lideres espirituales que nos enseñen, nos guíen y nos disciplinen. Si no procuramos la madurez, no cooperamos con el designio de Dios para cada uno de nosotros.

¿Cómo podemos conocer a Dios mejor y crecer en nuestra relación con el?
A través del estudio de la Biblia, aprender de memoria y meditar pasajes de la Biblia, adoración, oración, asistir a la iglesia y a las reuniones de estudio bíblico, escuchar los sermones. Debemos poner atención consistente en estas disciplinas. No podemos madurar como creyentes si nuestro conocimiento de Dios no crece.

Nuestra conducta cambiaria radical e instantáneamente si conociéramos realmente a Dios, como pasaba en la Biblia. Cada vez que se abría el cielo para revelar la gloria de Dios, los testimonios individuales cambiaban profunda e inmediatamente. Creo que el determinante más grande de la salud y libertad espiritual y mental es la verdadera comprensión de Dios y la recta relación con Él. Conocer a Dios es indispensable para ser maduro y libre.


2. Los creyentes deben captar sus verdaderas identidades en Jesucristo.


A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:11,12.

Hemos llegado a ser hijos e hijas de Dios por nuestra fe en Cristo pero, a menudo, no vivimos como hijos e hijas de Dios maduros y libres del poder del pecado.

¿Por qué fallamos tan a menudo en vivir de acuerdo a nuestra identidad de hijos e hijas de Dios? La falla fundamental es una sola y se encuentra en el corazón de nuestros débiles intentos de vivir de acuerdo a nuestro llamado.

¿Cuál es la razón de este fracaso? Tenemos un enemigo que se opone completamente a que entendamos quienes somos en Cristo. Debemos aprender a superar la confusión creada por Satanás y comprender nuestra verdadera identidad en Cristo.

Satanás sabe que si puede impedir que entiendas quien eres en Cristo, puede evitar que madures y seas libre en ÉL, lo que constituye tu legado por cuanto eres Hijo de Dios.


3. Los creyentes deben reconocer la realidad de Satanás, de su reino y su designio de engañar y destruir al pueblo de Dios.


Vestios de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:11,12
Los creyentes deben ser Teocéntricos y ministerio-céntricos, nunca demonio-céntricos. No debemos buscar a Satanás y sus demonios detrás de cada puerta, necesitamos estar equilibradamente conscientes de la realidad de la incesante oposición de Satanás a nuestra madurez y libertad, mientras que vivimos por y para Cristo cada día. También necesitamos entender en forma bíblica nuestra protección y autoridad para resistir al enemigo y afirmar la libertad que nos provee Cristo.

Satanás se opone a que maduremos y hará todo lo que pueda para evitar que nos demos cuenta de quienes somos y que tenemos en Cristo. Dado que luchamos contra principados y poderes, y no contra sangre y carne, (Efesios 6:12), debemos triunfar sobre las tinieblas antes de poder madurar plenamente.


4. Los creyentes deben reconocer que la madurez espiritual es un proceso vitalicio pero la libertad espiritual puede obtenerse en un tiempo relativamente corto.


Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamo por su gloria y excelencia. 2 Pedro 1:3.
La madurez es un proceso de crecimiento que continua durante toda nuestra vida en la medida que nos dediquemos a conocer a Dios y su palabra. Puede que lleves cuatro días o cuarenta años siendo cristiano, pero sigues madurando. En cambio, la libertad es una posición, una postura, que asumimos al responder a la victoria de Cristo sobre el pecado y Satanás. En lo tocante a varios aspectos de tu vida, eres libre o esclavo y no te vuelves mas libre sino que asumes la libertad por la autoridad de Cristo, cada vez que te das cuenta que fuiste engañado y atado por Satanás.
La madurez espiritual y la libertad son disciplinas interdependientes. Si no procuramos madurar espiritualmente, nos será difícil reconocer el engaño de Satanás y afirmar la libertad espiritual. Análogamente, si rehuimos adueñarnos de nuestra libertad en algunos aspectos de nuestra vida, estorbamos nuestro crecimiento y madurez espiritual.


Hemos fracasado al no diferenciar entre libertad y madurez de la vida cristiana. No hay madurez instantánea, sino un proceso pero la gente puede ser liberada inmediatamente. De hecho, si no eres libre de las cadenas del mundo, la carne y el diablo, no puedes madurar plenamente.


5. Todo creyente debe asumir la responsabilidad personal de su propia madurez y libertad espiritual.


Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que esta por delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:13,14.
¿De que maneras tratan los cristianos de escapar de la responsabilidad de sus vidas espirituales? Algunos ejemplos pueden ser: Vengo de un hogar que no es cristiano por lo cual me resulta difícil cambiar mi estilo de vida; mi cónyuge no es una buena influencia cristiana; no entiendo la Biblia y por eso no la leo; no voy a los estudios bíblicos en grupo porque me siento incomodo o incomoda; no soy tan malo o mala como otros cristianos o cristianas que conozco.

No importa cuan difícil nos parezca ir en pos de la madurez y afirmar la libertad, nadie puede hacerlo por nosotros. No importa cuantos obstáculos encontremos en nuestro pasado, en nuestras relaciones o en nuestra situación presente, no podemos culpar a estas dificultades por falta de crecimiento o libertad.

Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de la esclavitud. Galatas 5:1.

Cada cristiano es, en última instancia, responsable de su propia madurez y libertad en Cristo. Nadie más puede solucionar tus problemas. Ese es un proceso que debes iniciar y terminar. Gracias a Dios que, sin embargo, ninguno de nosotros pasa solo por las disciplinas de la madurez y libertad personales, pues el Cristo que nos habita esta fervorosamente dispuesto a caminar con nosotros cada paso por del camino.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Q tal Fito.... completito el discipulado como dijiste.... jajajaj..
Bueno.. todo pa la honra y gloria... jajaj...

Oye, pone un enlace a mi pagina..
www.libroarcoiris.com

Luego te escribo mas.
Me dio sueño.
Bendiciones.